Bloom
Contra la destrucción del océano, del clima y de los pescadores
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Para que nuestros supermercados dejen de hacernos cómplices de la destrucción del océano

Como ciudadanos, nos negamos a ser cómplices de la masacre de la vida marina y de las graves violaciones de los derechos humanos cometidas para llenar las estanterías de nuestros supermercados.

Trabajos forzados, violencia física y verbal, privación de libertad, métodos de pesca destructivos, matanza de animales marinos, tiburones, rayas, tortugas y arrecifes de coral: esto es lo que se esconde detrás de las latas de atún que se venden en los supermercados.

Es insoportable e inaceptable.

¡El tiempo de las declaraciones y los anuncios de RSC* se ha alargado demasiado. ¡Queremos medidas concretas y resultados tangibles! (*responsabilidad social corporativa)

Un distribuidor como Carrefour, segunda cadena de supermercados en España y séptima en el mundo, debería dar ejemplo con su oferta de pescado para que los consumidores puedan comprar productos de atún sin sentirse culpables por participar en cadenas de producción industrial brutales desde un punto de vista humano y ecológicamente destructivas.

¡Nos negamos rotundamente a apoyar con nuestras compras crímenes contra el ser humano y el medioambiente!

Carrefour puede comprometerse a adoptar y aplicar medidas urgentes para proteger los derechos humanos y la salud de los océanos. Sin duda, así podría darle la vuelta a la situación mundial de la pesca industrial destructiva y daría un ejemplo sobre lo que puede hacer una multinacional verdaderamente responsable.

Pidamos a Carrefour que deje de vender atún procedente de pesquerías destructivas y cadenas de procesamiento irresponsables

Al comprar atún en una tienda Carrefour, no deberíamos contribuir a destruir el océano y a pisotear los derechos humanos, pero eso es exactamente lo que ocurre.

Para llenar sus estanterías de conservas de atún, los supermercados recurren a pesquerías y plantas industriales de transformación con prácticas antiecológicas y antisociales. Los supermercados hacen deliberadamente la vista gorda ante el desastroso impacto de la industria del atún tropical, pescado en las lejanas aguas de África y el Pacífico.

Hoy en día, la pesca del atún tropical está asociada a violaciones intolerables de los derechos humanos: trabajo forzado, amenazas físicas y verbales, violencia sexual, servidumbre por deudas, retención e impago de salarios, condiciones de trabajo peligrosas, abusivas e inhumanas a bordo de los buques pesqueros, falta de atención sanitaria, malnutrición, etc. La lista es larga y resulta realmente sórdida. Estas violaciones graves, generalizadas y sistemáticas de los derechos humanos se combinan con prácticas pesqueras que destruyen los ecosistemas marinos y ponen en peligro la supervivencia de los propios atunes tropicales… ¡Los atuneros industriales europeos enlatan crías de rabil que ni siquiera han tenido tiempo de reproducirse!

Los pescadores industriales europeos también utilizan herramientas tecnológicas como los «FAD», dispositivos de concentración de peces, o balsas de altísimo rendimiento, que aglutinan a los peces bajo ellas y provocan una masacre de animales marinos. Entre las capturas se incluyen especies vulnerables como los tiburones sedosos y las tortugas marinas, que están en peligro de extinción. Entre el 60 y el 90% de estas balsas flotantes se abandonan en el mar, donde siguen atrapando vida marina, devastando los arrecifes de coral y contaminando el océano.

Las etiquetas autoproclamadas de «pesca sostenible», como la del MSC (Marine Stewardship Council), resultan realmente deficientes en lo relativo a sus normas ecológicas y sociales, pero este es el tipo de herramienta que los supermercados utilizan erróneamente para evitar asumir su responsabilidad.

Basta.

Rechazamos el cinismo y la codicia de los minoristas que optan por hacer la vista gorda ante la intolerable brutalidad de la cadena de producción del atún y nos hacen cómplices del horror.

Carrefour tiene un peso enorme: es la segunda cadena de supermercados de España y la séptima del mundo. Carrefour tiene el poder y el deber de exigir prácticas íntegras a sus proveedores. La ley francesa de 2017 sobre el deber de diligencia de las empresas así se lo exige. Carrefour puede y debe dar ejemplo. Si transforma sus políticas de compra, Carrefour tiene el poder de cambiar todo el sector de la pesca industrial del atún.

PIDAMOS A CARREFOUR QUE TOME MEDIDAS URGENTES PARA PONER FIN A LA VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS Y A LA MASACRE DEL OCÉANO Y LA BIODIVERSIDAD MARINA.


Para más información

Las prácticas documentadas en toda la cadena de producción del atún violan numerosos tratados internacionales ratificados por Francia, así como otros instrumentos jurídicos internacionales a los que Carrefour hace referencia en su Plan de Vigilancia y que toda su cadena de suministro debe respetar. Nos referimos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y al Convenio (n.º 188) de la Organización Internacional del Trabajo sobre el trabajo en la pesca y numerosos convenios de la ONU.

Para ver todas las demandas detalladas que estamos enviando a Carrefour mediante un aviso legal, [lea] (https://bloomassociation.org/bloom-met-en-demeure-carrefour-de-mettre-fin-au-drame-ecologique-et-humain-des-peches-thonieres/)

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